El salario mínimo se ubica en su nivel más bajo desde 2001

El retroceso del salario mínimo se profundiza: en agosto cayó 0,5% en términos reales y acumula una pérdida del 62% respecto de su pico en 2011. A esto se suma la caída del empleo formal privado, que muestra una pérdida de casi 190.000 puestos desde noviembre de 2023.

El poder de compra del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) volvió a deteriorarse en agosto, según un informe publicado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, el estudio advierte que el SMVM cayó 0,5% en términos reales durante agosto y acumula una contracción del 32% desde noviembre de 2023.

Se trata del nivel más bajo del salario mínimo desde 2001, en la etapa previa al colapso de la convertibilidad, y un 62% por debajo del máximo histórico registrado en septiembre de 2011, en valores ajustados por inflación.

Caída prolongada, sin recuperación

El informe señala que el deterioro comenzó en diciembre de 2023, cuando la fuerte aceleración inflacionaria tras la devaluación produjo una reducción del 15% en el salario mínimo real. En enero de 2024, la baja se profundizó al 17%. Aunque en los meses siguientes se registraron algunos incrementos nominales, estos no alcanzaron para revertir la pérdida general.

En lo que va de 2025, la caída acumulada del salario mínimo es del 3,7%. Al mismo tiempo, los salarios reales muestran un incremento marginal de 2,41% frente a una inflación acumulada del 2,75%, lo que implica una pérdida en términos de poder adquisitivo.

Empleo formal privado en baja, público en alza

El informe también advierte sobre la situación del mercado laboral. En junio de 2025 —último dato disponible— se perdieron 12.200 puestos de trabajo en el sector privado formal, mientras que el empleo público mostró un incremento de 7.800 trabajadores asalariados.

Al considerar el total del empleo registrado —que incluye sector público, privado y casas particulares—, la pérdida neta fue de 4.100 puestos en el mes. De acuerdo con los datos desestacionalizados del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), 10,111 millones de personas estaban registradas como asalariadas formales en junio.

El deterioro se inscribe en una tendencia más prolongada: entre septiembre de 2023 y julio de 2024, el empleo formal cayó de forma continua. Luego mostró cierta estabilidad hasta marzo de 2025, pero volvió a retroceder en los tres meses siguientes. En términos interanuales, junio de 2025 registró una pérdida de 18.000 puestos formales frente a junio de 2024, y una caída más pronunciada de casi 190.000 empleos desde noviembre de 2023, equivalente a una baja del 1,8%.

Fragilidad estructural del mercado laboral

La combinación entre pérdida del ingreso real y destrucción de empleo formal agrava la situación del mercado laboral argentino, según el estudio de la Facultad de Ciencias Económicas. El informe sostiene que la falta de mecanismos de actualización automáticos para el salario mínimo frente a la inflación ha erosionado su función como referencia básica de ingresos.

Al mismo tiempo, la pérdida de empleo en el sector privado reduce la capacidad de recuperación del consumo y la demanda interna, afectando no solo a los trabajadores asalariados sino al conjunto de la economía.

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