Miguel Ángel Pichetto encendió las alarmas en el «círculo rojo» industrial. A través de un contundente mensaje en sus redes sociales, el diputado nacional instó a la cúpula empresarial argentina a romper el silencio frente a la política de apertura comercial que, según advierte, amenaza la continuidad de grandes fábricas locales, incluso las pertenecientes a los grupos más poderosos del país.
El reclamo tuvo destinatarios con nombre y apellido: Martín Rapallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), y Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint.
Es hora de que Martín Rapallini, presidente de la UIA, y grandes empresarios como Paolo Rocca, hablen con más fuerza porque la apertura se lleva puesto todo.https://t.co/DIu3iWbEaE
— Miguel Ángel Pichetto (@MiguelPichetto) December 9, 2025
El detonante: caños chinos vs. industria nacional
La reacción del legislador surge a raíz de un informe periodístico del diario Perfil que expone la delicada situación de SIAT, la planta de Techint ubicada en Valentín Alsina, partido de Lanús. La fábrica corre riesgo de paralizar sus actividades si no logra ganar la licitación para proveer los caños del tramo terrestre del nuevo gasoducto que transportará el gas de Vaca Muerta para su exportación (GNL).
El conflicto central radica en la competitividad. Según la información citada por Pichetto, la industria local enfrenta dificultades para igualar las ofertas agresivas de firmas del exterior. El antecedente inmediato es preocupante para el sector nacional: los tramos off shore y un tramo corto on shore del proyecto (unos 27 kilómetros en total) ya quedaron en manos de una fabricante china, que proveyó 10.000 toneladas de acero y desplazó a la oferta local.
Una fábrica al borde del cierre
El nudo del conflicto que preocupa a Pichetto es la licitación pendiente por los 480 kilómetros de ductos terrestres. Fuentes cercanas a la compañía de Rocca indicaron que SIAT es una planta que «trabaja por proyectos». Sin esta obra, la fábrica carecería de volumen para mantenerse operativa, lo que afectaría no solo a Techint, sino a toda la cadena de valor metalúrgica del conurbano bonaerense.
El mensaje de Pichetto busca politizar una discusión técnica: advierte que, sin una defensa corporativa firme por parte de la UIA y los grandes capitanes de la industria, la apertura económica indiscriminada y los márgenes estrechos de rentabilidad pueden dejar fuera de juego a la producción nacional, provocando el cierre de persianas en un sector estratégico para la soberanía energética.







