La multinacional Kimberly-Clark, dueña de reconocidas marcas como Huggies, Kleenex y Kotex, tomó la drástica decisión de cerrar una de sus fábricas en Argentina sin previo aviso. Se trata de la planta ubicada en el parque industrial de Pilar, provincia de Buenos Aires, una de las dos que operaba en el país junto a la sede de San Luis.
El lunes por la mañana, los empleados que se presentaron a trabajar en Pilar se encontraron con las puertas cerradas. Aunque el viernes anterior les habían informado que la planta permanecería inactiva durante el fin de semana por supuestas tareas de mantenimiento, el sábado comenzaron a recibir telegramas de despido. En total, 220 trabajadores fueron desvinculados.
Según explicó la compañía, la decisión forma parte de una “estrategia de mercado” orientada a fortalecer las operaciones en la planta de San Luis. Los activos de la sede de Pilar serán trasladados allí, lo que implica una centralización de la producción.
La empresa justificó el cierre en un comunicado público, señalando que responde a un plan de “optimización y crecimiento sostenible”. En ese marco, afirmaron que invertirán en mejoras de infraestructura y tecnología en la planta puntana, que a partir de ahora concentrará toda la fabricación nacional.
Hasta ahora, las tareas estaban divididas entre ambas sedes: en San Luis se producían pañales, mientras que en Pilar se fabricaban productos de higiene femenina, toallitas húmedas y otros artículos. Las principales marcas de la compañía incluyen Huggies, Kotex, Kleenex, Scott, Plenitud, WypAll y KleenGuard.
Tras conocerse la medida, este lunes 9 de junio los trabajadores despedidos realizaron una protesta frente a la planta. Desde el sindicato de Papeleros reconocen que, al tratarse de una decisión tomada por una firma global, es difícil revertirla, por lo que ahora buscan negociar mejores condiciones para los empleados cesanteados.
