Japón apuesta por una agricultura del futuro: automatización, innovación y nuevos actores rurales

Japón está dando pasos decisivos hacia una agricultura capaz de producir más con menos. Desde cultivos verticales totalmente automatizados hasta sistemas sin suelo basados en láminas nutritivas, el país desarrolla tecnologías que podrían transformar el modo en que se cultivan los alimentos en todo el mundo. Su gran promesa: menos uso de tierra, agua y mano de obra; mayor eficiencia; y un impulso concreto para los pequeños productores.

Lechugas de alta tecnología en Kioto

En Techno Farm Keihanna, prefectura de Kioto, cada día salen 30 000 lechugas impecables gracias a un sistema robotizado que casi no requiere intervención humana.

El director de la planta, Matsumura Tatsuya, señala que la clave del éxito ha sido la persistencia:

“El proceso de prueba y error que hemos desarrollado desde 2018 ha llevado a una producción estable en la actualidad, una ventaja muy significativa”.

Mientras tanto, Terao Tasuku, de Tokyu Land Corporation, asegura que esta automatización no será exclusiva de Japón por mucho tiempo. A medida que los costos bajen, dice, los países en desarrollo podrán adoptarla para mejorar sus propias cadenas de producción.

Cultivar sin suelo: una lámina que reemplaza la tierra

En la prefectura de Kanagawa, la empresa Mebiol Inc. presentó una de las tecnologías más llamativas: la lámina IMEC, una superficie ultradelgada que sustituye el suelo, bloquea microbios y permite un uso eficiente del agua.

Su CEO, Yoshioka Hiroshi, explica que las ventajas no son solo productivas:

“Nuestra tecnología puede aumentar la calidad de los cultivos, además de contribuir a mejorar el estatus de las mujeres”.

Innovación que impulsa la inclusión

La granja QUON, en Hyogo, es uno de los casos que respaldan esas palabras. Allí, Fujimoto Shizuka utiliza IMEC para producir tomates más dulces y, al mismo tiempo, formar a agricultoras locales, demostrando que la tecnología agrícola también puede abrir oportunidades para grupos tradicionalmente relegados.

Algo más: un modelo que podría cambiar la demografía rural

Más allá de los avances técnicos, Japón observa otro impacto potencial: la repoblación del campo.

Con sistemas automatizados que requieren menos fuerza física, menos experiencia y ofrecen ambientes controlados, la agricultura se vuelve más accesible para jóvenes, mujeres y personas sin tradición agrícola.
Expertos japoneses ya hablan de un sector que podría atraer nuevos perfiles profesionales —operadores de robots, analistas de datos, desarrolladores de IA aplicada al cultivo—, creando un ecosistema más diverso y capaz de sostenerse en un país que envejece rápidamente.

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