Rapallini en el Senado: «El sistema actual fracasó y la litigiosidad es el mayor freno al empleo»

Durante el plenario de comisiones en el Senado de la Nación que debate la modernización laboral, la Unión Industrial Argentina (UIA), representada por Martín Rapallini, presentó un diagnóstico contundente sobre la realidad del empleo en el país. Con un discurso estructurado en diez ejes centrales, el dirigente industrial sentenció que «el sistema laboral argentino fracasó» y urgió a avanzar hacia un marco normativo que detenga la «industria del juicio».

Rapallini comenzó su exposición con un dato duro: en los últimos 15 años no se ha generado empleo privado registrado en Argentina. Como contrapartida, casi el 45% de los trabajadores se encuentra hoy en la informalidad. Para la UIA, esta precarización no es una elección, sino «la consecuencia directa de un sistema que desalienta la formalidad», convirtiendo la contratación en un proceso costoso, riesgoso e imprevisible.

La paradoja de la litigiosidad
Uno de los momentos más tensos de la presentación fue el análisis sobre la judicialización de las relaciones laborales. Rapallini expuso una paradoja que afecta a la productividad nacional: mientras que en la última década y media la siniestralidad laboral cayó más de un 70% —gracias a inversiones en tecnología y prevención—, los juicios laborales crecieron de manera explosiva.

Para ilustrar lo que la entidad califica como «niveles de judicialización absurdos», Rapallini presentó una comparativa regional lapidaria. «Hoy la Argentina tiene 114 juicios cada 10.000 trabajadores, mientras que Chile tiene apenas 6 cada 10.000, con niveles de siniestralidad similares», detalló.

Según los datos aportados por la central fabril, actualmente existen más de 300.000 juicios en curso y un stock acumulado cercano a los 640.000 expedientes. Esta cifra equivale a más del 10% del empleo registrado total del país, un volumen que la UIA considera «incompatible con cualquier sistema laboral sano».

El riesgo PyME

El discurso hizo especial hincapié en el impacto de esta dinámica sobre las Pequeñas y Medianas Empresas. Rapallini advirtió que para una PyME, «un solo juicio puede significar la quiebra». Esta amenaza latente ha transformado la naturaleza de la contratación: lo que debería ser una decisión de crecimiento empresarial, hoy se percibe como la asunción de un «riesgo ilimitado».

«La litigiosidad excesiva genera bloqueos, paraliza decisiones, frena inversiones y destruye empleo formal», enfatizó el representante industrial, señalando que el miedo al conflicto judicial es el principal motor de la informalidad actual.

Apoyo a la modernización

Hacia el final de su alocución, la UIA manifestó su respaldo al Proyecto de Modernización Laboral que se discute en la Cámara Alta. La entidad considera que la iniciativa busca «ordenar, equilibrar y dar previsibilidad», adaptando las relaciones del trabajo a las dinámicas del siglo XXI sin vulnerar derechos, pero protegiendo la sostenibilidad de las empresas.

«Sin reforma laboral no hay empleo formal sostenible», concluyó Rapallini, dejando en claro ante los senadores que, aunque la economía vuelva a crecer, el empleo registrado no se recuperará si no se modifica la matriz de incentivos que hoy premia el litigio por sobre la producción.

Resumen de datos clave presentados por la UIA
Empleo estancado: 15 años sin creación de empleo privado registrado.

Informalidad: 45% de los trabajadores están «en negro».

Siniestralidad vs. Litigios: Los accidentes bajaron 70%, pero los juicios se dispararon.

Comparativa: 114 juicios cada 10.000 trabajadores en Argentina vs. 6 en Chile.

Volumen: 640.000 juicios acumulados (más del 10% del empleo registrado).

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