El mercado laboral volvió a mostrar señales de deterioro en agosto de 2025, profundizando la tendencia de destrucción de empleo formal que se viene registrando desde principios de año. Según los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), durante ese mes se perdieron 13.062 puestos registrados, en la medición desestacionalizada, abarcando tanto al sector privado y público como al servicio doméstico. La única categoría en alza fue la del monotributo, con 5.539 nuevos inscriptos.
La caída del empleo coincidió con un contexto económico marcado por la volatilidad de las tasas de interés, que se intensificó tras la eliminación de las LEFIs, y un freno en el crédito que afectó a empresas y consumidores.
Un agosto con números en rojo
De los 13.062 empleos formales perdidos, 10.555 correspondieron al sector privado, 1.735 al sector público,
772 a casas particulares.
En contraste, el monotributo registró un incremento de 5.539 aportantes, un fenómeno que especialistas vinculan con la reconversión forzada de trabajadores que dejan de estar en relación de dependencia y pasan a desempeñarse como cuentapropistas con menores derechos laborales.
Milei y el empleo: un balance negativo desde 2023
Desde la llegada de Javier Milei al poder, en noviembre de 2023, se perdieron 223.796 puestos registrados, una caída equivalente al 2,2% del total de asalariados. La merma más profunda se observó en:
Casas particulares: –5,3% (–24.714 puestos)
Sector privado: –2,2% (–138.573 puestos)
Sector público: –1,7% (–60.509 puestos)
El retroceso del empleo formal convivió con un fuerte aumento en el monotributo, que acumuló 121.740 nuevos inscriptos (+6%). En términos netos, más de la mitad de los empleos perdidos en condiciones plenas de derechos se transformaron en actividades independientes, con menores protecciones y aportes previsionales reducidos.
Actividad económica estancada y salarios reales deprimidos
Los primeros ocho meses de 2025 estuvieron atravesados por un estancamiento económico: salarios reales bajos, tasas de interés erráticas e incertidumbre preelectoral.
Aunque en agosto la actividad mostró un leve rebote del 0,3%, el dato fue inferior a los registros del verano y del primer cuatrimestre, salvo por marzo. Este repunte tenue no alcanzó para recomponer el empleo.
Los salarios reales siguen ubicándose por debajo de los niveles de noviembre de 2023, cuando ya partían de un piso. En agosto, el poder adquisitivo seguía 4,74% por debajo del inicio del actual gobierno.
“Una dinámica preocupante”: la mirada de los especialistas
“El deterioro del empleo privado vuelve a acelerarse. Tras la fuerte caída del primer semestre de 2024 hubo una tenue recuperación, pero ese rebote se frenó a comienzos de 2025 y desde junio comenzó una nueva fase de destrucción”, explicó el economista Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA-Autónoma.
Mirando dos años hacia atrás, el retroceso es aún más marcado: frente a agosto de 2023, el sector privado perdió 177.648 puestos de trabajo, una cifra que lo ubica por debajo de los niveles de 2015.
La industria manufacturera es el sector más afectado, con 47.319 empleos menos, lo que representa una contracción del 3,95% en el período.
Sector público: señales de “piso” en la motosierra
Si bien el empleo estatal volvió a caer en agosto, Campos sostiene que el ajuste parece estar entrando en una zona de estabilización: “El retroceso fue marginal y desde febrero se observa un nivel relativamente estable”.
Un mercado laboral que no encuentra piso
Entre la destrucción de empleo privado, la caída del trabajo registrado en casas particulares y la expansión del monotributo como vía de subsistencia, el mercado laboral de 2025 muestra una reconfiguración estructural: menos empleo formal y más precariedad.
En un contexto de actividad débil y salarios reales deprimidos, el desafío hacia adelante será revertir la tendencia de pérdidas sucesivas y recuperar la capacidad de creación de empleo genuino en el sector privado.







