Panaderías bonaerenses: analizan dejar de hacer facturas por falta de ventas

La postal de la panadería de barrio podría cambiar de manera drástica. Ante la profunda caída del consumo y el aumento sostenido de los costos, los panaderos bonaerenses evalúan dejar de elaborar facturas, uno de los productos más tradicionales en las mesas argentinas.

“Ya no podemos seguir absorbiendo todo lo que viene aumentando”, advirtió Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo, en declaraciones a LN+. Según detalló, el costo real de producción obliga a pensar en un precio de $25.000 por docena, una cifra que el público difícilmente esté dispuesto a pagar.

Por ahora, anticipó que desde el lunes la docena se ubicará alrededor de los $12.000, un aumento que no resuelve el problema de fondo. “Si no vendo a $8000, menos voy a vender a $12.000. La solución no es aumentar”, reconoció.

El panorama no es alentador. Pinto denunció que el precio de insumos básicos como la grasa y la margarina lleva cuatro semanas consecutivas de aumentos, acumulando un alza del 20%. “Hablan de un 2% de inflación, pero a mí las cosas me aumentan entre un 6 y un 12%”, se quejó. Y alertó que los precios mayoristas no reflejan la realidad diaria del sector.

Según indicó, las ventas de pan cayeron un 50% en su negocio, mientras que productos más elaborados como masas finas, tortas y sándwiches de miga sufrieron una baja del 75%. “Hoy la gente compra lo que puede, no lo que quiere”, resumió.

En este escenario, desde la Cámara de Industriales Panaderos informaron que cerraron más de 1400 panaderías en el último año y medio. “No hay salida. Es tratar de subsistir todos los días”, concluyó Pinto, visiblemente afectado por una crisis que pone en jaque a una de las costumbres más arraigadas del paladar argentino.

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